miércoles, 7 de abril de 2010

CÓMO LOGRAR DECIR TODO SIN DECIR NADA

Esta tarde hemos celebrado la sesión del Club correspondiente a la obra Nada, de Carmen Laforet.
Nos hemos reunido las caras conocidas y algunas nuevas, algo que siempre nos llena de satisfacción, para poner en común las impresiones tras la lectura.
La novela, en general, no parece haber creado demasiados adeptos.  Ha sido unánime la opinión de la juventud de la autora en relación con la magnitud de su primra novela. Ganadora del Premio Nadal en competencia con autores consagrados, supuso el mayor hito en un carrera que no volvería a verse alumbrada por otro éxito tan rotundo.
Se ha hablado del conocido afán de pefeccionismo de Carmen Laforet, busca efectos estéticos que, en ocasiones, parecen algo forzados.
A pesar de haber sido negado en múltiples ocasiones por la autora, algunos socios han querido ver referencias autobiográficas en la obra. Se comenta el hecho de que por mucho que un autor quiera inventar, siempre lleva algo de sí mismo a sus palabras.
Andrea, la protagonista, aparece como un personaje egoísta, centrado en sí mismo, huyendo del pueblo a la ciudad en busca de una libertad por la que lo sacrificará todo, incluso el respeto y el cariño de la única persona que la esperaba con los brazos abiertos: la abuela.
Diferentes prototipos femeninos en la obra; Angustias es la mujer del régimen, Gloria la mujer sin escrúpulos, la abuela el personaje maternal y Andrea decide ser la chica rara, la que no responde a ningún estereotipo. Sus rarezas hacen que se vea integrada en el grupo bohemio de Pons.
La casa de la calle Aribau es, al igual que la ciudad de Barcelona, un personaje más en la novela. Sorprende cómo con pocas pinceladas se consigue imaginar la realidad ruinosa, sucia y decadente de la otrora casa señorial. El hacinamiento, el hedor y el hambre son sentimientos que el lector extrae de las páginas como si fuesen desprendidos por ellas.
Hay pasión en los personajes de Ena y Román, pasión por la vida y el misterio.
Las historias se presentan de modo abierto, se generan dudas en el lector como la relación entre Angustias y su jefe, o Ena y Román.
Presencia de unos malos tratos físicos y psicológicos completamente integrados en la sociedad de la que nos habla la autora.
Andrea siente una vergüenza que en ocasiones enmascara o aparenta no vivir. Sus ropas al ir a la universidad, a la fiesta fracasada en casa de Pons o a la casa de Ena y su familia, le llevan a gastarse su pensión en los primeros días de cada mes como una vía de escape de la pobreza y la ruina, aunque ello la lleve a delirar de hambre el resto del mes.
Ha resultado chocante el hecho de que la decadente familia mantuviese el privilegio de contar con la criada. A pesar de sus connotacines negativas y el desprecio que parece sentir por sus señores, cumple con sus tareas entre una mezcla de incompresión y rechazo.
Adrea llega a parecer, en ocasiones, una simple espectadora que nada tiene que decir o hacer, se limita a observar y procurarse su subsistencia. Narrará la experiencia de ese año en Barcelona desde un punto cero,  no como una narradora omnisciente sino que reconstruye su historia desde la distncia cronológica.
Pinceladas políticas en la obra. Luchas entre diferentes bandos durante la Guerra, insinuaciones de contrabando y estraperlo, presencia de personajes oscuros que pululan por el Barrio Chino adonde Gloria acude cuando la necesidad acucia para poder sacar adelante a la familia.
Insensiblidad de los personajes ante la tierna imagen del niño enfermo o de la bondadosa anciana. Llegan a ser completamente apartados y ninguneados.
Nada es la esencia de todo. Román pregunta a Andrea qué le hace sentir su música, ella responde "no sé, me gusta", ante su insistencia acaba la conversación con un lacónico "nada".
"De la casa de la calle Aribau no me llevaba nada. Al menos, así lo creía yo entonces". Esta frase, con la que finaliza la novela, marca la negación de todo el texto anterior, es la esperanza de que, tras lo terrible, se encuentra la persistencia de la transgresión.
Hasta aquí las reflexiones aportadas por los presentes esta tarde del miércoles 7 de abril en la sede de la Asociación.
Esperamos vuestros comentarios con impaciencia. A pesar de la distancia, agrada saber que estamos compartiendo experiencias e ilusiones.
Un saludo para todos y gracias, como siempre.

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